Vivimos tiempos fascinantes de cambios, cuestionamientos y caída de antiguos paradigmas.
Uno de ellos tiene que ver con el Desarrollo de las organizaciones y la necesidad de adaptarse a procesos de cambio e innovación continua, para evitar la pérdida de relevancia o la desaparición.
El problema es que, a menudo, la cultura de las organizaciones no está preparada para soportar estos cambios y menos para realizar un giro de 180º.
Todos sabemos que son las personas quienes marcan la diferencia, pero en el viejo paradigma empresarial, las personas son un rol y un número, y deben responder al estímulo de un sueldo y una comisión, y a una estrutuctura jerárquico piramidal que no favorece la autonomía y la toma de decisiones rápidas.
Un nuevo paradigma ha venido para quedarse (si quieres saber más sobre este nuevo paradigma te invito a leer un artículo que compartí en LinkedIn).
Las preguntas que surgen ante esta realidad son:
- ¿Cómo podemos lograr que nuestra organización cambie y se adapte para que no pierda su relevancia?
- ¿Cómo podemos lograr que los colaboradores tengan la importancia necesaria para que ayuden a transformar las organizaciones?
Te comparto una Infografía en la que he resumido visualmente este asunto:
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